Quienes desean pasar las navidades, y recibir el año nuevo en un ambiente totalmente diferente, no lo piensan mucho para hacer sus planes, y emprender rumbo en el último mes del año hacia la isla de Margarita. Muchos familiares que están lejos, en el país, o fuera de él también, se las arreglan para venir a compartir con familiares y amigos. Todos serán siempre bienvenidos. 

En Margarita por lo general el clima cambia en este final de año, el calor da paso a las noches frescas, oscurece más temprano, y en horas de la tarde se siente un poco el frío, comparado con el sol radiante de todo el año. Llueve ocasionalmente un poco más. Muchas tiendas son decoradas, al igual que las fachadas de casas, y apartamentos. El encendido de luces en lugares emblemáticos como la redoma de Los Robles, en muchas comunidades de Antolín del Campo, plazas, iglesias, y monumentos de la isla, no se hacen esperar. 

Otra de las cosas que motivan a mucha gente a pasar estos días decembrinos en la Isla, es la oportunidad de comprarse la pinta, esa ropa que desea estrenar, así como la ocasión para adquirir quesos, licores, vinos, whisky, champaña, muchos productos importados, y salir de algunos regalos pendientes. Además de disfrutar de la gastronomía, pasar un día de playa, y divertirse en los centros nocturnos, aprovechar para disfrutar las carteleras que ofrecen algunos hoteles. Escuchar gaitas, aguinaldos, y parrandas, compartir oyendo la música nuestra, a nuestros valores culturales. 

Margarita es un paraíso navideño por la tranquilidad y seguridad que se ofrece en algunos complejos habitacionales, cerca de la playa, y cerca de la montaña. Es una especie de reposo inducido por la contemplación del mar, por escuchar el cantar de los pájaros, ver el revoleo de las gaviotas, el vaivén de las olas, la quietud del mar algunas veces. Por esas cosas que invitan a lectura ocasional, al descanso, y por qué no, a parrandear. Margarita es un paraíso navideño por la combinación de todos esos factores, que la convierten en un destino ideal, para regresar a su lugar de origen con “las pilas” puestas, con toda la energía y comenzar de nuevo. Porque somos realmente un paraíso; como dice Chico Mata: “hay que grato es pasar diciembre en Margarita, cantando malagueñas, polos y galerón…”