La conversación con el Lcdo. Pedro José Rodríguez, fue como siempre, muy fluida. Lo único nuevo en este encuentro, fue ponernos de acuerdo en el día, y la hora. Pedro, como cariñosamente le llamamos, es un señor que siempre está full trabajo, y cuando no está metido en los números, está compartiendo con familiares, y amigos, con uno que otro cliente. De allí que llega a la cita un poco atareado: “Bien tiene uno que caminar, y hablar Rómulo, en esta vida. Bueno tú tienes que hablar más que yo, pero sin embrago, eso es parte de la vida. Conversar con los clientes, atenderlos, tenerles el trabajo listo, en fin, todas esas cosas, parte del servicio”, dijo. Y así ya más calmado, mientras se prepara el café iniciamos de manera más formal la entrevista pautada.  

Pedro, es el mayor de dos hermanos. Su hermana Sarita es abogada y contadora también, le acompaña junto a la asistente, Zoiret Zabala, ya próxima a graduarse de contadora, en el equipo de trabajo. Pedro, estudió, inició su carrera en el Jardín de Infancia, Pampatar, recuerda con mucha alegría a la maestra Erlinda, Tota, entre otro grupo de educadoras. De allí pasó al Grupo Escolar Estado Zulia, donde curso la primaria, para luego iniciar el bachillerato, en el Liceo Nueva Esparta, y una vez Bachiller, gracias a las gestiones de un primo, Héctor Marcano, que era presidente del Centro de estudiantes de Carabobo, ingresa a la Universidad en Valencia, donde obtiene su título de Contador Público en el año 1993. 

Siempre se ha desempeñado en el sector privado. Una corta pasantía por el sector público, por Corposalud, para la instalación del Sistema Operativo. Ya que primero había fundado Soluciones Integrales Computer, que luego se transformó a Soluciones Integrales. Con la cual le ha trabajado por muchos años al sector privado. Se ha compaginado tanto su trabajo, que además del trabajo de la contabilidad, les asesora, busca con los empresarios las mejores vías, y soluciones. “Este ha sido un trabajo muy bonito, y valorado, tanto que le trabajo a los hijos, a los yernos, yernas, suegros, a varias generaciones, a varios amigos, que me van recomendando y valorando el trabajo que desarrollo. Estoy convencido de que el trabajo es bueno, sino no me recomendarían, no llevaría tanto tiempo con los clientes” agrega. 

“Los asesoramos, compartirnos muchas vivencias con los clientes, por la tramitación de permisos, por la asesoría permanente que brindamos a los clientes. Mi centro siempre ha sido el comercio de clientes margariteños, a varias generaciones. Tengo varios que no son margariteños también; pero siempre la gente de aquí me recomienda”, dice un complacido contador. 

La fe siempre ha estado presente en la vida de este gran porlamarense, al respeto explica: “Soy un hombre de fe: bautizado, hice la comunión, fui confirmado, participé con varios sacerdotes aquí en Porlamar: con el Padre Juan María Vilae, El Padre Gabriel, El Padre Jorge, El Padre Fray María, hombres, sacerdotes entregados a Porlamar. De allí viene esa fe, de vivir muy cerca de la Basílica San Nicolás de Bari, de la formación familiar, y en Valencia hacía las lecturas, al entonces, Monseñor Urosa, gran amigo. Tengo muy presente la ceremonia donde se elevó a Arzobispo a Monseñor Urosa” 

En la conversación no podía faltar el tema de La Casa de Rubén, de Rubén Santiago: “Rubén fue un gran amigo, me enseñó mucho. En esa mesa, en la barra, tantos temas de conversación. Fueron 17 años de trabajo con Rubén, y todavía llevo la Contabilidad de ese restaurante. Mariño, este municipio tuvo gente que fue muy valiosa en la cocina, Rubén, Rómulo Castillo, Chica Guerra. Debe este municipio renacer. Debe crearse la ruta gastronómica. Mariño, y el Estado Nueva Esparta deben tomar ese impulso en beneficio de todos” agrega.

El andar diario, por Porlamar, compartir con mucha gente, le permiten al Lcdo. Pedro Rodríguez, ser optimista con Nueva Esparta, de verdad hay un reimpulso. “La gente de servicio, de mantenimiento, me lo han dicho. Margarita, el municipio Mariño, tienen muchas fortalezas. Siempre he vivido en Porlamar, de verdad se transformó, pero ahora tiene que renacer, debemos ponernos de acuerdo. Ya no está la bodega de Pedro Mata, la bodega del ñeco Cova, Santo Arocha, Gabriel Campos, era el comercio de la Porlamar de antes; hay nuevos actores, bienvenidos, pero no debemos apartarnos de las costumbres, de esas tradiciones del porlamarense. Debemos comenzar a vivir a Porlamar. Estoy conversando con el licenciado Jairo Cuba, de la Dirección de Turismo de Mariño, para impulsar ese cambio, para relanzar la ruta turística gastronómica. Allí Pablo Squeo, en Guaraguao. Hay que buscar como retomar esa idea de hecho lo que hizo el Gobernador, estimulando la compra de lo hecho en Margarita, es un gran impulso, denota la inquietud, hacia allá tenemos que apuntar”, afirma.  

Además de la programación, de la contaduría, nuestro entrevistado es amante del béisbol, lo ve, lo disfruta. Fanático de Los Leones del Carcas. Con sus 55 años, señala, muy complacido: ahora es que falta tocar vida. Podemos hacer muchas cosas, estamos aquí para servir, para dar soluciones integrales. Mariño se desmembró, y hay que actuar. Gracias a Dios la cosa se está moviendo, hay muchos clientes que se están reactivando. Tengo muchas esperanzas en las nuevas autoridades, yo creo que el Chino puede darle ese reimpulso a la ciudad. Mantenemos excelentes relaciones con todos los organismos públicos, se nos conoce por la seriedad, el profesionalismo con que hacemos nuestro trabajo, y porque actuamos bien todo el tiempo. Siempre he sido excelente amigo de las autoridades, llámese como se llame”, es Pedro Rodríguez, nuestro protagonista. Un hijo de Porlamar, que día a día aporta para que esta ciudad, Porlamar, y el Estado, pueden mostrar siempre lo mejor.