Más que una canción, un tema musical de Rincón Morales: “Mi presente, la tarjeta de Navidad”, es recordar con alegría, y con cierta nostalgia, la comunicación, la interacción que se establecía con la persona que enviaba y recibía en los días decembrinos una tarjeta de Navidad, que por lo general iba acompañaba con un pequeño regalo, un detalle muy simbólico, pero muy emotivo. Y a veces solo la tarjeta lo decía todo, expresaba todo. Así se mantuvo por años, así crecimos con la emoción de enviar, y recibir una tarjeta de Navidad, acompañada de ese aguinaldo, de ese regalo en metálico, o con algún producto. A veces tan solo la firma, las mejores intenciones, eran suficientes, solo pensar en entregarla, ya era una gran emoción.  

Por muy lejos, por las circunstancias que fuese, estar presente con la Tarjeta de Navidad era motivo de una gran alegría. Colocarlas en el escritorio, en la puerta del cuarto, colgarla en el arbolito, decorar el nacimiento con ellas, archivarlas con el mayor afecto, es parte de una época maravillosa. Tantos recuerdos. Tanta emoción.  

Eran auténticas obras de arte, una inspiración, recogía un lugar, un motivo, pintada, fotografiada, manuscrita, artesanal, muy refilada, impresa con alta calidad en papel. De variados tamaños, y variados colores, en fin, se convirtió la Tarjeta de Navidad en una gran razón para decir: “estoy presente”, me tienes a pesar de la distancia, aquí estoy, no te he olvidado, te tengo muy presente, gracias por ese cariño, por esa amistad”. 

Hoy en día son pocas las tarjetas impresas, por las razones, y motivos que todos conocemos: la situación económica, y las tecnologías han desplazado al papel. Pero los sentimientos, los buenos deseos siguen estando presentes. Hay verdaderos poemas en las redes sociales, existen como en el pasado excelentes trabajos con las tarjetas virtuales, mucha creación. Pocos son los contactos con el papel, la tinta. Hay quienes se animan a imprimirla, pero no es igual, nunca será igual. Aquello fue una época hermosa, había como más relación, más sentimientos. Hoy la velocidad, la masificación, una llamada, un mensaje de texto, de voz, ha desplazado a la tarjeta tradicional navideña. 

Los mensajes utilizando la tecnología son una opción muy buena, tiene sus ventajas, tiene sus características; pero nada como mi presente, como recibir el regalo, como recibir, y enviar una Tarjeta de Navidad. Como tocarla, tenerla en el libro, llevarla en el bolso, leerla ocasionalmente, recodar a esa empresa, a esa persona especial, en fin, tantas cosas que no se pueden repetir.